Espero un tren que no quiero coger, sentada sobre mi maleta roja, con bufanda, gorro, guantes y mi vieja trenca leo un libro que no termino de entender. No tiene nada que ver conmigo, solo un nombre; la protagonista en tocaya mía. Sinceramente es lo que me llamó la atención esta mañana cuando rápidamente eché un vistazo a la estantería para coger algo que leer mientras espero.
El tren se retrasa...hace frió en el anden. Resguardo mis pies de la blanca y fría nieve acercándome todo lo que puedo a la pared. Estoy en una estación fría, sin cafetería donde los viajeros, con nariz y manos coloreadas por el frió puedan calentarse solo con abrir la puerta y oler el dulce café. mi atención queda distraida unos minutos por un cachorro que de cocker que juega saltando sobre la capa blanca del anden, su dueña corre detrás de el para que no se moje las patas, pero es inútil, el cachorro es el único que se divierte esta mañana.
El tren se retrasa... algo llama mi atención en el libro de extrañas palabras que tengo entre mis manos. La protagonista, mi tocaya, hace un viaje a Edimburgo. Eso me recuerda al pasado fin de semana, estudiar lejos de casa, vivir algo diferente, crecer personalmente... el viaje a Edimburgo me recuerda un sueño...
Subo al tren, dejaré los campos blancos por otros en tonos verdes y naranjas.
Subo a un tren que no quiero coger...
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