No se muy bien como empezar esta entrada, quizá sea porque tampoco se muy bien como empezar a ponerme a estudiar. Miro la agenda, quedan más de 15 días para el primer examen... demasiado tiempo, llega el día anterior al examen y pienso que debería haberme puesto antes con el temario, ya es tarde...
Las tardes pasan largas y cualquier distracción es buena para soltar los apuntes. Recordar algo, y buscar fotos de esosmomentos, comentar esas fotos, ir a la cocina, planear tu tiempo después de exámenes, dar un paseo, ir a la cocina, hablar con alguien, ir a la cocina... si, en tiempo de exámenes se puede llegar a visitar la cocina una inmensidad de veces. Siempre hay lo mismo, lo sabemos de sobra, pero siempre vamos una y otra vez.
La noche previa del examen, tengo dos opciones; si me veo con fuerzas y con posibilidades de sacar adelante algún tema más, el café y las galletas serán mis mas poderosos aliados contra el sueño. Si siendo realista se que es imposible que me aprenda en 6 horas lo que no me he aprendido en 6 días decido irme a la cama, y sinceramente, al contrario de mucha gente duermo bastante bien la noche previa a un examen.
El día del examen, ese día en el que valoras el tiempo mucho mas de lo imaginabas que podrías valorarlo, ese día que te levantas y piensas que deberías haber puesto el despertador antes, pero ya es tarde, ahora toca correr. Si, correr, desayunas y te vas, llegas a las puertas del aula, con esperanza de coger un buen sitio, donde tus discretas miradas a tus apuntes estrategicamente colocados bajo tus pies no sean detectadas por el profesor, pero, llegas y el aula esta llena; ¿¿dormirá la gente en la universidad para llegar los primeros??
Te sientas, donde puedes, e intentas esquematizar en un pequeño recuadro de la mesa los 108 folios de los 9 temas de asignatura. Imposible, llega el profesor; te da el examen y lo explica... "Tenéis dos horas para realizar el examen a partir de ahora"
.....yo no respondo a la pregunta; ¿Que tal el examen?
